350 millones de personas en todo el mundo tienen diabetes, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Una enfermedad crónica que afecta tanto a niños como a adultos, y que está en constante aumento por los altos niveles de sobrepeso y sedentarismo.
La diabetes se origina cuando el páncreas no es capaz de producir una hormona llamada insulina, la cual está a cargo de regular los niveles de azúcar en la sangre. En consecuencia, como la insulina no logra llegar a las células para introducir glucosa, el azúcar se acumula progresivamente en la sangre y alcanza niveles perjudiciales para la salud.
Existen dos tipos de diabetes. Por una parte está la diabetes tipo 1, también conocida como insulinodependiente, donde los pacientes por lo general no producen insulina y necesitan que les sea inyectada diariamente para poder sobrevivir. Por otro lado, está la diabetes tipo 2, que es cuando los pacientes producen insulina, pero no la cantidad suficiente o es de mala calidad. Esta última corresponde al 90% de los casos y por lo general afecta a personas con sobrepeso y sedentarias, ya que esas condiciones aumentan sus requerimientos de insulina.
Una de las características de la diabetes es que no presenta síntomas, sin ir más lejos, se estima que el 50% de los diabéticos no sabe que tiene esta enfermedad. Eso sí, algunas personas pueden presentar algunas señales a las que estar atento:
- Orinar en exceso
- Experimentar un aumento exagerado de sed
- Gran apetito
- Pérdida de peso sin motivo aparente
Frente a estos síntomas, la recomendación es acudir lo antes posible a un especialista para medir los niveles de azúcar en la sangre, ya que la hiperglicemia resulta tan tóxica para el cuerpo que puede provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ceguera, impotencia en el hombre e infecciones que pueden conducir, incluso la amputación.
La diabetes es una enfermedad tratable, controlable y sobre todo, prevenible. Algunas medidas simples para evitar o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2 son alcanzar y mantener un peso corporal saludable, realizar 30 minutos de actividad física de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana, llevar una dieta sana y equilibrada y evitar el consumo de tabaco, ya que está demostrado que aumenta el riesgo de sufrir diabetes.
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